
Hacía mucho que no escribía en este blog, he estado muy centrado en el otro proyecto Hombres Evolucionantes.
Sin embargo, hoy tenía una razón muy importante por la escribir aquí.
La semana pasada murió Joaquina Fernández. Ella fue mi maestra, la primera persona que me enseñó a mirar hacia dentro.
Por eso quiero escribirle una carta…
Querida Joaquina,
Hay varias cosas que quiero compartir contigo…
Cuando aparece el maestro
Hasta los 29 años de edad me pasé el tiempo viviendo hacia fuera, como un buen sanguíneo, 7 del eneagrama, sin profundizar, huyendo de los conflictos y de mis sombras.
Cuando llevaba 6 meses trabajando en Madrid me di cuenta de que la rutina de la vida cómoda en la oficina no era para mí.
Lo había vuelto a intentar, adaptarme a la sociedad, pero tenía que reconocer que ese no era mi espacio.
No tenía ni idea de cuál era mi plan B y entonces apareció la luz, en un cursillo de Inteligencia Emocional en la oficina descubrí que quería ser coach.
Me puse a buscar cursos por Madrid y un día acabe en el Instituto Hune, en tu casa.
Allí conocí a Noelia, que ahora me enteré de que es tu hija, aunque creo que siempre lo supe. Ella me habló del coaching, de la escuela, de ti y me cautivó con esa sonrisa llena de felicidad que mostraba que venía de muy adentro.
Tú no dejabas a nadie templado, la gente te odiaba y salía despavorida de la clase o se quedaban y te aman completamente.
Siempre dijiste las cosas como las sentías, sin querer complacer a nadie. Decías lo que veías en la gente para que cambiáramos, no para caernos bien, algunos lo aceptaban otros no.
Dicen que el maestro aparece cuando él pupilo está preparado.
Para mí fue exactamente así. Si te hubiera conocido unos años antes hubiera pensado que eras una loca.
Creer al maestro
Sin embargo, cuando te conocí ya estaba listo.
Después de 4 meses de curso de coaching contigo nunca me habías sacado como ejemplo.
Un día fui y te pregunté por qué, me miraste y me dijiste ¿tú qué crees? y me quedó clarísimo.
Eras, sin duda, la persona que más sabía de comunicación no verbal de España y podías ver perfectamente en mi la tensión con la que vivía el miedo exponerme, el terror a conectar con mi sombra.
A partir de ese momento empezaste a sacarme como ejemplo de un montón de cosas, te diste cuenta de que ya estaba listo.

Destrozando al ego
Recuerdo aquella vez, durante el curso de comunicación aplicada que me gritaste en medio de la clase “¡tienes un ego que no cabe en esta sala!.”
Tenías toda la razón, me pasaba las clases preparando mi propio discurso en lugar de escuchar a mis compañeros.
El proceso funcionó, me enseñaste humildad, me enseñaste a dejar de mirarme el ombligo un poquito, a valorar las ideas de los demás.
El día que hicimos el discurso en el salón de columnas del edificio de Bellas Artes de Madrid ocurrió lo que tu habías dicho, magia.
Ese día supe, por primera vez, escuchar a mis compañeros, hasta que me tocó salir a hablar delante de casi 200 personas.
Aquel día por primera vez bajé la barbilla al hablar en publico, tu magia había funcionado.
Disfrute de un enano con ese momento y ahora es una de las memorias más importantes de mi vida.
No solo me enseñó coaching, comunicación, inteligencia emocional, comunicación no verbal, también, me enseñó humildad.
Me enseñaste a mirarme hacia dentro, me enseñaste que aquel viaje que tenía delante era hacia dentro.
Una pregunta certera
Después de dejar mi trabajo y viajar 8 meses volví a Madrid y fui a visitarte.
Me preguntaste, ¿entonces ya sabes lo que quieres hacer con tu vida? , yo te dije, -Sí, quiero trabajar con parejas.
Te giraste, me miraste a la cara y me dijiste pero ¿si tú no tienes pareja qué vas a enseñar? después de 8 meses pensando una idea fuiste capaz de tirar mi torre abajo con una sola pregunta.
Ese día fue uno de los más importantes de mi vida porque me empujaste hacia el camino que sigo ahora de trabajar con hombres.
El legado de Joaquina Fernandez
Siempre te decía que tenias que escribir un libro, como muchos otros, que no podías llevarse a la tumba todo el conocimiento que tenías.
Ahora creo que quizás tú no querías escribir el libro porque sentías que esa sería una de las últimas cosas que harías en este mundo manifestado.
Podías haber escrito una enciclopedia con todos tus conocimientos.
Has ayudado a miles de personas, has compartido muchos de tus conocimientos con infinidad de personas.
Estoy feliz y lleno de gratitud por haberte conocido, por haber compartido contigo sonrisas y lágrimas, dolor y crecimiento.
Nunca olvidaré una metáfora que me hiciste en una sesión de coaching que me liberó de mucho sufriemiento acumulado.
No morirás nunca mientras te llevemos en nuestros corazones, me cambiaste la vida y me impulsaste a ser mejor persona, como a tantos otros.
Gracias Joaquina por inspirarme con tu dedicación, tu entrega y tus conocimientos.
Descanse en paz a Joaquina Fernández.
Compra el libro de Joaquina Fernandez PIENSA EN TI
Joaquina explicando como alcanzar objetivos
Khrishna Das sobre la importancia del Maestro o Guru
Caso de éxito del Insituto Hune
Cuando me e enterado que Joaquína nos a dejado
Loe sentido mucho. Pero yo se que sige con todos los qué la conocimos .Cómo eya me dijo un dia cuándo me necesites solo pon tus manos cruzadas én tu pecho y Llámame qué este donde esté yo te escuchó ….y yo digo llamado y sige estando com migo .te quiero mucho mucho Joaquína y gracias por ser tan especial. Amalia
Que bien has descrito a nuestra maestra. Su legado, su enseñanza y su aprendizaje, eso está ya inscrito en nuestro corazon. Un abrazo sentido